Descubrió el arte como una extensión natural de su infancia. Desde pequeña comenzó a dibujar y escribir, sin asumir en ningún momento que esas prácticas lúdicas serían su oficio de adulta. Nunca se propuso ser artista: simplemente nunca dejó de crear.
Los libros de pintura en casa de su abuela fueron su primera puerta hacia el mundo de las artes visuales. Fascinada por las imágenes y las historias detrás de los artistas, comenzó a indagar desde muy joven, reconociéndose en sus procesos y motivaciones. Aquella curiosidad temprana se convirtió en una constante búsqueda expresiva.
Su obra se mueve entre medios diversos: acrílicos, óleo, spray, escultura en cerámica y herramientas digitales. Le atrae la técnica mixta, la posibilidad de inventar lenguajes propios, de mezclar materiales y procesos según lo que desee comunicar. Las técnicas que utiliza, explica, son aquellas que se ajustan a su necesidad expresiva en cada momento.
En su proceso creativo, el dibujo es siempre el punto de partida. De ahí nacen las formas que luego habitarán muros, lienzos o piezas escultóricas. Ese dibujo, a su vez, surge de preguntas o investigaciones previas, muchas veces vinculadas con la psicología y la biología, disciplinas que también atraviesan su vida como terapeuta. Esta integración entre ciencia, emociones y arte le da profundidad a su obra, incluso cuando trabaja en proyectos comunitarios o murales públicos.
Pilar Fusca ha encontrado en el arte visual un canal directo con las personas y los territorios. Le interesa generar vínculos a través de la creación, hacer que el arte habite en lo cotidiano. De hecho, entre sus obras favoritas están los dos murales que pintó en Culiacán, tanto en el Ágora del Instituto Sinaloense de Cultura como uno de los edificios que están en el crucero de las calles Francisco I. Madero y Aquiles Serdán, donde encontró una conexión profunda con el lugar y su gente.
Aunque de niña soñaba con ser científica o maestra, hoy ha logrado un poco de ambas cosas a través del arte: investiga, observa, enseña, comparte. Lo que la motiva a seguir creando es simple y poderoso: la felicidad que encuentra en su camino artístico, y las personas y experiencias que se cruzan en él.
Pilar Fusca es una artista que no necesita declaraciones grandilocuentes. Su obra habla desde la intuición, el estudio y la sensibilidad. Cada pieza es una pregunta abierta, un espacio para mirar más allá de la forma.
Frase:
“Me hace muy feliz hacer lo que hago. Cuando estoy en ese camino, conozco lugares y personas increíbles que se van sumando a mi vida de tal forma que la vida se me ha vuelto muy interesante”
Pilar Fusca, Artista Visual
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